Descripción
Los andrógenos endógenos como la testosterona o derivados son los responsables del desarrollo y crecimiento de los órganos sexuales masculinos y de los caracteres sexuales secundarios postadolescentes. Los efectos de los andrógenos incluyen, entre otros, la maduración del pene, el escroto, la próstata, los túbulos seminales, el agrandamiento de la laringe, el engrosamiento de las cuerdas vocales, los cambios en la masa muscular y la distribución de la grasa, y el desarrollo y la distribución del vello masculino (facial, púbico, pectoral). , espalda, axila). Los andrógenos se han relacionado con un aumento del anabolismo proteico y la consiguiente disminución del catabolismo proteico. Los andrógenos aumentan la retención de sodio, potasio y fósforo. Los andrógenos disminuyen la excreción urinaria de calcio. Los andrógenos son responsables del crecimiento acelerado de la adolescencia y la aromatización de andrógenos a estrógenos para la eventual terminación del crecimiento lineal, que se produce por la fusión de los centros de crecimiento epifisario. En los niños, los andrógenos exógenos aceleran las tasas de crecimiento lineal pero pueden causar un avance desproporcionado en la maduración ósea. El uso durante períodos prolongados puede resultar en la fusión de los centros de crecimiento epifisario y la terminación del proceso de crecimiento. Se ha informado que los andrógenos estimulan la producción de glóbulos rojos al aumentar la producción del factor estimulante de la eritropoyetina. Los andrógenos pueden suprimir la función gonadotrófica de la hipófisis. Durante la administración exógena de andrógenos, la liberación endógena de testosterona se inhibe mediante la inhibición por retroalimentación de la hormona luteinizante (LH) hipofisaria. Con dosis altas, la espermatogénesis puede suprimirse mediante la inhibición por retroalimentación de la hormona estimulante del folículo hipofisario (FSH).
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